La Nación: Lo que podemos aprender de otras culturas, incluso sin viajar
21/07/2025
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Explorar otras culturas no solo nos conecta con lo diferente, sino que tambi茅n ilumina lo que somos
A ra铆z de mi reciente viaje a China, invitado a brindar conferencias, he redescubierto un concepto que parece trivial y se activa cuando nos descentramos de nuestra cultura cotidiana: bienestar intercultural. 驴Por qu茅 convivir o interactuar con otros nos puede ense帽ar sobre c贸mo nos sentimos en nuestra vida cotidiana? Porque el simple hecho de conocer c贸mo otras culturas conciben su bienestar, es clave para entender lo que nosotros hacemos con nuestra salud y qu茅 ventanas de cambio podemos encontrar si nos animamos a aplicar otras estrategias. El bienestar intercultural nos ense帽a sobre la vitalidad de sentirnos bien con nosotros al interactuar con otras culturas. Cuando digo intercultural me refiero a la riqueza de la perspectiva m煤ltiple y la posibilidad de hacer una comparaci贸n. Comprender que diferentes personas tienen miradas complementarias seg煤n su cultura nos invita a reflexionar sobre la parcialidad que tienen nuestras aseveraciones taxativas o el modo en que cerramos una discusi贸n, que negamos un conflicto o hasta c贸mo definimos una pol铆tica sin siquiera pensar que puede tener otras perspectivas. Sabina Alcarraz, psic贸loga, comparte las preguntas que hay que hacerse para fortalecer la autoestimaSolo la experiencia intercultural promueve que esta comparaci贸n se abra y se pueda experimentar en escenas tan cotidianas como compartir un almuerzo, un recorrido tur铆stico o colaborar en un trabajo. Podemos pensar en esta idea del bienestar intercultural para entender que nuestra posici贸n frente a un conflicto o una situaci贸n de estr茅s puede nutrirse de otras miradas que promuevan tener m谩s resiliencia. Esto nos vuelve m谩s integrativos y puede abrir posibilidades de resoluci贸n respecto al modo cultural propio, que nos limita a nuestros c贸digos, costumbres y r铆tmicas culturales. Tuve la oportunidad de ser invitado a una conferencia organizada por amigos y colegas que deseaban reunirse a discutir los temas acad茅micos y tambi茅n a compartir visitas y momentos de distensi贸n. Reunirse, aunque sea una vez al a帽o o cada tantos a帽os, actualiza y recrea los v铆nculos. El valor reside en reencontrarse, en actualizar las an茅cdotas, en transmitir nuevos saberes y a veces tambi茅n, en conocer nuevos amigos. El bienestar intercultural no es algo que solo puede ocurrir en lugares distantes. De hecho, puede darse en nuestra tribu, por ejemplo, en las reuniones familiares. Existe un intercambio cultural entre nosotros cuando nos reunimos, por m谩s parecido que resulte con eventos anteriores. El valor del aprendizaje depende de nuestra apertura a escuchar, a compartir y tambi茅n de invitar a participar a nuevas amistades de nuestro entorno. Otra sensaci贸n de bienestar intercultural que tuve en China se dio al comprender que es posible sentirse gigante y trascendente al observar la arquitectura monumental de los templos milenarios y las ciudades actuales, gigantes y ordenadas. No lo digo en el plano personal, sino grupal, cultural. Sentir que tu cultura te trasciende y sos parte de esa historia presente. A nosotros en la Argentina nos cuesta sentirlo porque no tenemos obras arquitect贸nicas gigantescas que remitan a un pasado milenario. Algunos lo sienten a nivel personal, pero es raro sentirlo a nivel grupal. Muchos coincidir谩n que este bienestar intercultural suele ocurrir con el patrimonio intangible, al identificarse con una tradici贸n musical, con una danza, como ocurre con el folklore, el tango, el rock, el trap. En el deporte nos pasa con los partidos de los seleccionados nacionales, que conllevan un sentimiento ampliado de sentirse parte de los dem谩s por sobre nuestra subjetividad. De hecho, el sentimiento de identidad nacional emerge ante partidos internacionales. En general se lo piensa como un bienestar resultante del malestar de la rivalidad, como ocurre con Inglaterra en el 86 y con Francia en el 22, pero aqu铆 me refiero a un bienestar que emerge de aprender a convivir y de respetar las diferencias. Surge entonces una sensaci贸n de bienestar intercultural al experimentar la continuidad de ser parte de una humanidad que no se agota en fronteras culturales. Me puedo identificar con un criterio est茅tico, aunque no coincida con una nacionalidad o una ideolog铆a. Esto ocurre a diario cuando observamos en redes sociales, en internet o en medios masivos productos y artistas que nos gustan, y se consumen sin encontrar demasiada explicaci贸n. Cuando me identifico con una opini贸n parcial, aunque no logre coincidir con todo el argumento. Estos grados de variaciones, de intensidades que pueden tener los intercambios de opiniones, de gestos, de mercanc铆as, de v铆nculos, nos aporta sensibilidad y apertura para aprender dentro de las diferencias, de las disidencias y de las supuestas confrontaciones. Nos hace bien saber c贸mo otros acceden al futuro y producen su continuidad. En sus tribus, sus ciudades, sus parques, sus playas, sus rutas, sus desarrollos, lo que sea. El intercambio cultural abre nuestra imaginaci贸n y nuestro futuro.
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